Inspiración
La historia de Umbral nació una mañana en la playa de Arica, el lugar donde vine al mundo. Recostada boca abajo sobre la arena, escuchando el mar, sentí un pulso profundo que venía desde la tierra… y desde mí. Fue como si algo invisible recordara que la vida siempre nos llama a cruzar: a entrar en lo desconocido con la fe que solo encarna el que está vivo.
He ido varias veces a Versailles, nunca deja de sorprenderme, para mi es uno de los lugares en donde mejor se refleja la atemporal naturaleza humana. Ahí entre los ordenados jardines de María Antonieta y mi ficción interior nace la idea de esta guerra de peras, que simboliza la ajetreada vida adulta que perseguimos y construimos.
Y en ese mismo viaje, en una calle de París, una flor azul en la vitrina de una tienda me detuvo. En medio del ritmo acelerado de la ciudad, su color irradiaba calma y presencia. Esa pequeña escena me recordó la valentía silenciosa de permanecer fiel a la propia esencia aún cuando todo alrededor se mueve.
De esas tres memorias —el mar que sostiene, la guerra de peras en los jardines de Versailles, y la flor en quietud— nació Umbral.
Funcionalidad
Pensado para espacios íntimos como dormitorios o estudios, Umbral invita a reconectar con uno mismo. Su forma y su color impulsan calma, coraje y expansión.
La composición parte de una profundidad estelar —el origen, la intuición, la memoria del agua— y asciende hacia lilas, fucsias y verdes, una guerra de peras en el jardín de la vida. La flor lila es la calma que se alcanza en la tempestad de una vida plena, las formas radiantes recuerdan la fuerza del sol y los pulsos de la naturaleza: un movimiento ascendente que sugiere un empuje interior hacia la propia dirección vital.
Cada elemento —las líneas que se elevan, los gestos que emergen desde el centro y los destellos dorados— simboliza el viaje del alma que se atreve a avanzar.
Umbral inspira confianza, más que explicarla.
Acompañamiento
Umbral acompaña momentos de transformación, comienzos o búsqueda interior.
Es ideal para quienes desean reconectarse con su fuerza natural para dar un nuevo paso en su vida. Su energía transmite una expansión tranquila: la certeza de que todo cambio auténtico nace desde adentro.
En su presencia, el espacio se vuelve más que un lugar: un recordatorio de la fuerza que habita en el silencio, en la belleza y en el color de la vida en movimiento.